
En una de sus encarnaciones sucesivas Bob Dylan fue vaquero, llegó a Nashville, cambió su voz -de nasal a gutural- y formó sociedad con el mismísimo Johnny Cash, conocido entre nosotros como la Voz de Dios.
Dos fuertes personalidades artísticas, Dylan y Cash, pero lo suficientemente listos para compartir su talento en unas sesiones míticas a finales de los sesenta que quedaron dispersas en múltiples discos piratas.
Porque, aunque parezca increíble, a excepción del tema «Girl from North Country», aquel material fabuloso no se ha reunido hasta ahora, en la entrega número quince de la serie en la que se va publicando desde hace veinte años el ingente archivo inédito de Bob Dylan.
Son tres vinilos espléndidos en el que estos dos vaqueros de las seis cuerdas cabalgan con una libertad deslumbrante que hace de «Travelin’ thru» un álbum imprescindible.