
Comparto la sorpresa de ver ascender a lo más alto de las (paupérrimas) listas de ventas la reedición de «Goat’s Head Soup», el álbum de los Stones de 1973.
Siempre tuve a «Goat’s Head Soup» por un álbum algo resacoso, tras la gran orgía de rock and roll de su predecesor, el monumental «Exile On Main Street».
Estos días leo que algunos críticos de la época torcieron el gesto al escuchar «Angie», la celebérrima balada que se erigió en estrella del disco y que algunos de los fans más veteranos tienen instalada en su corazón desde entonces.
También han circulado estos días comentarios muy elogiosos sobre el contenido extra que acompaña la reedición de «Goat’s Head Soup».
Para comprobar si en realidad estamos ante material de primera encargué la versión en doble vinilo, que tiene el segundo disco dedicado a los extras.
La reacción inmediata al escucharlo es preguntarse cómo es posible que Jagger y Richards dejaran fuera de la lista original temazos como «Scarlet» -en el que interviene el mismísimo Jimmy Page-, «All The Rage» o «Criss Cross» .
Esas canciones, de las que ahora podemos disfrutar por fin, le hubieran dado a la sopa de cabeza de cabra de los Rolling Stones la sustancia que siempre le faltó. Resulta que lo mejor se había quedado en el fondo de la sopera.