Veintitrés razones para confiar en Neil Diamond

Una demoledora lista de éxitos

Cuando The Band elaboraba la deslumbrante lista de estrellas con quienes compartirían escenario en su último concierto, inmortalizado por Martin Scorsese en «The Last Waltz», alguien torció el gesto cuando escuchó el nombre de Neil Diamond.

Demasiado melódico, demasiado atildado, demasiado para desharrapados como Dylan, Neil Young o Van Morrison, debió de pensar Levon Helm, baterista de The Band.

«The Last Waltz» demuestra lo equivocado que estaba. Neil Diamond roba el escenario a todos con su guitarra al cuello y se arranca con una soberbia interpretación de «Dry Your Eyes», escrita a medias con Robbie Robertson, guitarrista del grupo homenajeado.

El legado de Neil Diamond es tan amplio que este temazo no tiene cabida en «All-Time Greatest Collection», el doble vinilo que celebra el medio siglo de carrera del cantante y compositor norteamericano.

Veintitrés canciones entre las que encontramos el origen de éxitos ajenos (el «Im A Believer» de los Monkees -¡y de «Shrek»!-, el «Red Red Wine» de UB40, el «Girl, You’ll Be A Woman Soon» de «Pulp Fiction»), hasta monumentos marca de la casa («Sweet Caroline», «Cracklin’ Rose», «Song Sung Blue»…).

Motivos suficientes para que nadie vuelva a desconfiar nunca jamás de Neil Diamond.

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Una respuesta a “Veintitrés razones para confiar en Neil Diamond

  1. Los prejuicios musicales pesan mucho. Entiendo las reticencias ante la actuación en el homenaje a la banda. Afortunadamente a día de hoy no comparto este criterio. De hecho la actuación de Neil y la banda suena muy bien.

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