
Una semana después de anunciar, hace hoy exactamente medio siglo, la separación de los Beatles y provocar una tormenta cósmica, Paul McCartney presentó su primer álbum en solitario a un mundo aún conmocionado por el final del grupo más grande de la historia.
Y lo último que ese mundo había escuchado de Paul era el apoteósico «Abbey Road», el canto de cisne de los Beatles editado unos meses antes. Bueno, pues «McCartney», que así se llamaba el debut de Paul, era justo todo lo contrario.
Es comprensible la decepción de la audiencia de la época al escuchar un disco minimalista, que Paul fue creando de manera casi clandestina en su retiro campestre de Escocia, con la única ayuda de Linda. ¿Para eso había dejado McCartney a los Beatles?
Tendrían que pasar décadas hasta que el mundo pudiera reconocer que «McCartney», a su manera, es un gran disco, con temas descomunales como «Maybe I’m Amazed». Y también que nunca más volvería a existir un grupo como los Beatles.
Os recomiendo escuchar «McCartney» en la preciosa edición en vinilo rojo editada hace un par de años y que ya es una pieza de coleccionista.