El invierno llamaba a las puertas de Madrid y Alex Cooper se presentó en el escenario con manga corta y un cargamento de canciones de amor y verano. Han pasado dos años desde el mítico concierto de La Riviera. Casi una eternidad. O no, depende.
Desde entonces Cooper ha recogido los frutos de una carrera esforzada y ha publicado un nuevo álbum, «Tiempo, temperatura, agitación». El disco, que en Viniland hemos celebrado como un acontecimiento, era una razón ineludible para volverse a ver con sus incondicionales, habitantes de un lugar que gira alrededor del pop.
El concierto es una celebración con una comunidad construida a golpe de canciones inolvidables desde los tiempos ya remotos de Los Flechazos.
Están tan llenas de sentimientos esas canciones que es difícil colar en el repertorio los temas nuevos, aunque sean tan buenos como «El último tren» e «Islandia», que funcionan en directo. Es cuestión de tiempo, viene a decir Alex desde el escenario, mientras ve girar el universo -el suyo, el nuestro- alrededor del pop. Pura magia.
VINILAND 