Chris Isaak pasó noches insomnes en los hoteles más tristes del mundo, pero también paseó con su guitarra por playas soleadas. Se hizo fotos imitando al mismísimo Elvis Presley, conoció y versioneó a Roy Orbison, recorrió carreteras infinitas en un descapotable. ¡Y jamás se le despeinó su tupé!
Vuelvo con arena en los bolsillo y recibo un envío lejano de la costa Oeste de Estados Unidos. Una postal sonora en forma de doble vinilo con lo mejor de Chris Isaak. Hay mucho donde elegir entre estos dieciocho temas. Y compruebo que «Wicked Game» sigue provocando escalofríos. Os dejamos con su tórrido vídeo, en su versión íntegra.
Me enamoré de él cuando era joven.
¡Feliz verano! C.
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