Aquí tenemos a Chris McClure. Un tipo anónimo hasta que sus amigos de Arctic Monkeys eligieron una foto suya fumando -gran transgresión- para su portada de su exitoso álbum de debut.
Chris es uno de los casos más llamativos de personas que saltaron a la fama por protagonizar portadas de discos en los que no habían participado. Algunos lo hicieron desde la más tierna infancia.
Como Spencer Elden, que solo tenía tres meses cuando fue fotografiado en una piscina para bebés. La imagen sería la portada de uno de los álbumes más famosos de la historia, «Nevermind», el segundo LP de Nirvana. Años después, Elden, ya todo un hombre, se fotografió de nuevo bajo el agua, pero en esa ocasión llevaba un bañador puesto.
Inolvidable Suze Rotolo, la chica que acompañaba a Bob Dylan en el gélido paseo por las calles de Nueva York plasmado en la portada de «The Freewheelin». Suze era una artista que por la época salía con Dylan. Falleció en 2011, pero dejó su sonrisa para siempre en la portada de un álbum mítico.
En cambio, el nombre de la enigmática mujer que aparece en la portada de «No Dice», la obra maestra de Badfinger, es todo un misterio. Se sabe que era una modelo contratada para la sesión de la que salió la imagen del disco. Pero nadie es capaz de citar su nombre.
Claro que para misterios el de la chica inmortalizada en la foto de la contraportada de «Abbey Road».