Y a la tercera fue la vencida. Blondie había avisado con sus dos primeros álbumes y con «Parallel Lines» se convirtió en 1978 en el primer grupo surgido del punk en conquistar las listas de éxito.
Un disco irresistible, debidamente reeditado en vinilo. La portada es un icono del rock: Deborah Harry encabezando un grupo de chicos bajo un fondo de líneas paralelas en blanco y negro.
«Parallel Lines», un clásico de Viniland, es una contundente colección de temas demoledores («One Way or Another», «Pretty Baby», «11:59»), singles memorables («Picture This», «Sunday Girl») brillantes versiones («Hanging On The Telephone») y algún experimento («I Know But I Don’t Know»).
Con este álbum, Blondie logró además algo insólito para un grupo originario del punk: adueñarse de las pistas de baile. Ver para creer, «Heart Of Glass» fue un número uno internacional que situó a Deborah Harry y sus muchachos en la cima del mundo. No aguantaron mucho tiempo allá arriba, pero fue bonito mientras duró.
VINILAND 