Antes de conocer la fama en los años setenta con la Electric Light Orchestra y de convertirse más tarde en el productor de las superestrellas del rock, un Jeff Lynne que acababa de llegar a la veintena probó fortuna con un grupo llamado Idle Race.
Lynne ya era el líder indiscutible del grupo, que debutó en 1968 con «Birthday Party», un divertido y disparatado álbum que hace un par de años fue rescatado en vinilo.
Parlophone ha tenido ahora la gran idea -en las discográficas también piensan de vez en cuando- de reeditar en vinilo, con motivo del Record Store Day, el segundo y último álbum de la banda, el homónimo «Idle Race», de 1969.
Y es una gozada. Vinilo de color azul celeste salpicado de rojos y blancos, que al girar en el plato tiene un efecto hipnótico. La edición limitada debe de estar a punto de agotarse.
¿Y las canciones? A los seguidores de la ELO les resultarán familiares. Ya están aquí muchos de los hallazgos que Lynne repetirá a lo largo de su carrera. Eso sí, con un sonido mucho menos barroco de lo que será después. «Idle Race» demuestra que antes de la electricidad ya había luz.