Cazadores de estrellas, coleccionistas de sonidos, espectadores de los giros a 33 revoluciones por minuto. Hipnotizados por una canción en el momento precioso. Rastreando una pieza para colocar en la banda sonora de tu vida. Un puzzle lleno de música.
Vinilistas, melómanos, mitómanos, maniáticos de la música con alma. Soñadores, visionarios, magos de los surcos venidos de todas las partes del mundo. Un rubio con chistera que toca una Rickenbacker.
Creías que estabas solo en la carrera, pero no. Bienvenido a Viniland, te esperábamos.