VINILAND

…De un beatle en solitario es el monumental «All Things Must Pass», de George Harrison.

No es que después de militar en el grupo más importante de la historia George necesitara una revancha. Pero tras la disolución de los Beatles, su guitarrista se vio liberado de la inmensa sombra de Paul McCartney y John Lennon. Este período coincidió con que Harrison se encontraba en un estado de gracia artístico total -poco antes había firmado «Something» y «Here Comes The Sun» -. Y espiritual también, a juzgar por los textos de sus canciones: la búsqueda de Dios, la trascedencia de la vida, el tránsito de la muerte…

Desde que tengo uso de razón he vivido fascinado por «All Things Must Pass». Su increíble portada en blanco y negro. George sentado en mitad de un jardín victoriano con gesto grave y vestido ¿de jardinero? Sus tres vinilos encerrados en una caja negra…

Y esas canciones, profundas e irresistibles, con un muro de sonido en el que se adivina la mano de Phil Spector -se marchó a la mitad de la grabación del disco, pero dejó su impronta-. Todo en «All Things Must Pass» resulta grandioso.

Impulsado por la apoteósica «My Sweet Lord», fue el primer triple álbum en alcanzar el número uno de las listas. y George se convirtió en el primer beatle en llegar a lo más alto en solitario.

En los últimos años «All Things Must Pass» ha tenido dos reediciones en vinilo. La de la versión original de 1970 y la que se hizo en su 30 aniversario, con la portada en color y algunas canciones extra. Ambas se agotaron y actualmente son piezas de coleccionista.

«All Things Must Pass» se mantiene como una referencia de las nuevas generaciones. En el reciente «George Fest», el álbum que recoge el concierto de homenaje de músicos jóvenes a Harrison,  hay una decena de temas del triple disco. También pueden escucharse en los conciertos de Vinylephants, que han incluido en algunos de sus repertorios «Isn’t It A Pitty» y «Let It Roll».