Es la mejor canción aparecida en una película de James Bond hasta la fecha. También la de mayor éxito. Y uno de los singles más recordados de Wings. Pero «Live and Let Die» fue además el reencuentro de George Martin con su beatle favorito, Paul McCartney.
Tres años después de la separación de los Beatles, McCartney y Martin volvieron a trabajar juntos en la grabación del tema central de la octava entrega de James Bond, de la que George firmaba además la banda sonora.
La química entre ambos permanecía intacta. Los arreglos orquestales de Martin dan a «Live and Let Die» una espectacularidad a la que Macca sigue recurriendo en sus conciertos. La interpretación de este tema suele estar acompañada de fuegos artificiales.
La canción ha tenido varias versiones desde 1973. La más conocida es la de Guns ‘N Roses. No fue la única colaboración de McCartney y Martin, que volvieron a encontrarse tras la muerte de John Lennon para grabar «Tug Of War» (1982) , uno de los mejores álbumes de Paul en solitario.