
La primera respuesta ya la habréis adivinado: en vinilo. A Pink Floyd hay que escucharlo en vinilo. Pero -y aquí empiezan los problemas- no todas las ediciones valen.
Hay una gran diferencia entre las reediciones más recientes. Un consejo: evitad a toda costa las ediciones en vinilo de 2011. El sonido es tan pobre que «The Dark Side of the Moon» parece un viejo disco de los setenta.
Todo lo contrario de las fabulosas reediciones publicadas en 2016. La remasterización realizada a partir de las cintas analógicas originales por James Guthrie, Joel Plante y Bernie Grundan permite escuchar en todo su esplendor los discos imprescindibles de Pink Floyd. Y entender el porqué de su influencia en la historia de la música moderna.
Son discos caros, pero valen todo lo que cuestan. Además de la espectacular versión de «The Dark Side of the Moon», brilla como nunca su predecesor, «Meddle».
Estamos también ante las versiones definitivas de «Animals» y «The Wall». Y esperamos poder escuchar en breve «Wish You Were Here», cuya edición anterior en vinilo era francamente decepcionante.
Completamos la lista de imprescindibles con el álbum de debut del grupo, «The Piper at the Gates of Dawn», que cuenta también con una remasterización de Guthrie, Plante y Grundman.
Quienes busquen la versión corta pueden probar con el doble recopilatorio «A Foot in the Door».
Os dejamos con esta prueba de sonido de CJ’S Vinyl.