
Giran los primero surcos y por arte de magia aparecen Totò y Alfredo. De pronto nos vemos transportados a aquel cine de pueblo en la profunda y mágica Sicilia. Un prodigio de sueños y recuerdos que se repite cada vez que suena la partitura del maestro Morricone.
Pocas bandas sonoras hay tan entrañables como la de «Nuovo Cinema Paradiso», una explosión de sentimientos que alcanza por igual a cinéfilos y melómanos. La música para el filme de Giuseppe Tornatore fue uno de los trabajos más personales y queridos de Ennio Morricone. Y eso es decir mucho, porque el maestro nos dejó un legado inmenso desde la frontera entre música y cine.
De un tiempo a esta parte la banda sonora de «Nuovo Cinema Paradiso» se reedita en vinilo para disfrute del mundo. Acaba de salir una edición limitada en vinilo de colores -a un precios desorbitado- y ya se despachan las últimas copias. En algún lugar el Nuovo Cinema Paradiso sigue proyectando sueños todas las noches.