Nada más comenzar nuestro viaje en «Egypt Station» reconocemos un estilo familiar que pone a prueba nuestra capacidad de sorpresa: Sir Paul McCartney mantiene el poder infinito de escribir canciones maravillosas.
«I Don’t Know» es la primera parada de un trayecto largo, denso y para nada rutinario en el nuevo disco de Paul. A sus 76 años Macca ya no tiene que demostrar al mundo quién es el compositor de mayor éxito de la música moderna.
Ya, no tiene, pero quiere. «Egypt Station» está lejos de ser un disco complaciente con el autor y sus fans. Es sorprendente que McCartney mantenga su ambición artística -hasta diseña la portada del disco-, asociándose con productores modernos para explorar nuevos territorios.
El resultado es uno de los discos más interesantes del año, que estamos deseando escuchar en vinilo. Aunque el precio del disco en este soporte merece una reflexión -¡más de 50 euros en Amazon!- Parece que alguien se está volviendo loco con la moda del vinilo.