Dave Grohl es uno de los tipos más carismáticos del rock del siglo XXI. Seguramente eso influye en las primeras escuchas de «Concrete and Gold», el nuevo álbum de los Foo Fighters, un trabajo recio y contundente de los que empaqueta la banda de Seattle.
Tras entrar en la leyenda como batería de Nirvana, Grohl consiguió asentar su banda como un valor seguro. Han publicado casi una decena de álbumes de estudio desde 1995 y los Foo Fighters mantienen el favor del público.
En «Concrete and Gold» vuelven a aplicar la fórmula: mucho ruido y melodías deliciosas. Caricias aplicadas con guantes de boxeo. Es verdad que esta vez abren la paleta y penetran en nuevos territorios sonoros. Se lo agradecemos. En realidad no hay grandes sorpresas, pero Grohl y sus amigos nos siguen cayendo bien.