Sobre la bruma de «White Sky» apareció Paul Weller sobre el escenario. Pocos artistas se plantan de esa manera ante su público: Mr Weller transmite una seguridad imponente. Este hombre sabe bien lo que hace. Serio, educado, concentrado en su trabajo. Una primera lección sobre actitud. En efecto, estamos ante uno de los tipos más «cool» del mundo.
Paul venía a presentar «A Kind Revolution», su último álbum, que repasó por encima. Le encanta el anterior, «Saturns Pattern» (2015), del que tocó la mitad. La gran noticia para los fans de largo recorrido es que en esta gira rescata varios temas de The Style Council. Para los que defendemos su legado de los ochenta fue emocionante escuchar «Shout To The Top» y «My Ever Changing Moods».
El repertorio de Paul Weller es abrumador. Hace alguna concesión al inicio de su carrera. Más que nada pensando en su público más fiel, que vuelve a escuchar «Start!». Y cierra su actuación con «Town Called Malice». Un guiño a la vieja leyenda de The Jam.
Podría convertir sus conciertos en un sucesión de cuatro décadas de éxitos. Nada eso. En el repertorio aparecen joyas arrinconadas en sus álbumes en solitario, como la hermosa «Above The Clouds», o «These City Streets», que de manera inesperada abre uno de los bises.
Actitud, repertorio y talento; mucho talento el que Paul Weller comparte con su banda, compuesta por músicos fantásticos con los que da gusto viajar por Europa.
Cuando se sienta a interpretar «Long Long Road», de su último disco, nos damos cuenta de todo el camino que hemos recorrido juntos. Y de todo el que queda aún por delante al lado de un artista inspirador.
VINILAND 