Hay muy pocas cosas más radiantes que una canción de Sam Cooke en una mañana de verano. Podemos escuchar cualquiera de ellas: «I’ll Come Running Back To You», «You Send Me», «Cupid», «Wonderful World»…
Todas ellas están contenidas en «Sam Cooke. The Man and His Music», la mejor recopilación publicada hasta la fecha del indiscutible rey del soul.
Fue editada en un doble LP en 1986, un año después de que la película «Witness» («Unico testigo») hubiera introducido al gran Cooke a una nueva generación. Imposible olvidar la escena en la que Harrison Ford comparte con Kelly McGillis un baile clandestino al ritmo de «Wonderful World».
Si hay un himno del verano es «Wonderful World». Este clásico permitió redescubrir un repertorio descomunal que fue reunido en esta recopilación con la colaboración de varias compañías discográficas propietarias del catálogo de Sam Cooke. No se ha vuelto a editar y ahora es una cotizada pieza de coleccionista.
«The Man and His Music» debería ser reeditado con urgencia y con todos los honores. Porque un verano sin Sam Cooke no es un verano.