Hace unas semanas me llegó un mensaje de Juan Carlos Gomi desde Bogotá: «Libro aparentemente recomendable». Y Gomi no es sólo un muy buen periodista, sino que además sabe mucho de música. Así que me apunté el título del libro en cuestión, «En busca de los discos perdidos», y de su autor, Eric Spitznagel.
He alcanzado casi la mitad de la lectura de «Old Records Never Die» -su título original- y ha colmado todas las expectativas. Spitznagel, también periodista, cuenta en primera persona la extraña aventura de intentar recuperar los vinilos que fue vendiendo en su juventud y que ahora, al llegar a su madurez, echa tanto de menos. Lo más descabellado es que el protagonista de nuestra historia quiere justo esos discos que una vez le pertenecieron, no otras copias de la época ni modernas reediciones.
Y es que como dice dice en el prólogo del libro Jeff Tweedy, el líder de Wilco, «el disco es algo que tiene un significado en sí mismo; no solo las canciones, sino el objeto físico que contiene esas canciones». Los que disfrutamos haciéndolos girar cada día sabemos de lo que hablan.
VINILAND 