A mediados de los años noventa, cuando el Reino Unido estaba embelesado por el brit pop, Kula Shaker proponía un cóctel de psicodelia e influencias hindúes en un álbum deslumbrante titulado «K».
Han pasado veinte años desde aquel debut y, aunque los críticos siguen sin dar su brazo a torcer –Kula Shaker nunca fue su grupo favorito- «K» suena en su reedición con un brillo que han perdido durante este tiempo los discos del celebrado brit pop.
La reciente reedición en vinilo de «K» permite disfrutar de la emblemática portada de Rob O’Connor, en la que aparecen personajes que tienen en común la letra K en su nombre o apellido, desde Krishna hasta Boris Karloff.
Comparada por su diseño a la cubierta del «Sgt. Pepper’s», el primer disco de Kula Shaker compartía la fascinación de George Harrison por la cultura india, patente en algunos de los temas memorables del álbum, como «Govinda» y «Tattva».
Pero la guitarra de Crispian Mills brillaba además en los cortes más psicodélicos de «K», como «Hey Dude» y «Smart Dogs». La mezcla de misticismo oriental y melodías redondas y lisérgicas sedujo al público: el debut de Kula Shaker fue un éxito instantáneo que la banda nunca logró repetir.
Este mismo año, Crispian Mills y su socio, Alonza Bevan, lo intentaron con una segunda parte, «K 2.0». Nada como el original.