Llega a Viniland uno de nuestros álbumes favoritos: «Dusty In Memphis». Y lo hace en una soberbia edición de «Analogue Productions»: el sonido es tan bueno que casi puedo tocar a Dusty Springfield mientras escribo estas líneas. Una experiencia sobrenatural reservada a los vinilistas.
En 1969, una de las mejores voces blancas de la historia del pop acaba de fichar por Atlantic, la casa de Aretha Franklin y Wilson Pickett, entre otros monstruos del soul.
La británica Dusty se embarca en un viaje artístico no exento de riesgo y graba su nuevo álbum en Memphis, un meca musical en la época para los artistas estadounidenses. En Londres tuercen el gesto: aquella no parece su liga.
Subestimaban su enorme talento. La voz delicada, brillante y llena de matices de la pálida Dusty brilla como el sol envuelta en el sonido negro de los Memphis Cats.
Y el repertorio es fantástico. Canciones firmadas por Gerry Goffin & Carole King, Burt Bacharach & Hal David, Randy Newman…y John Hurley & Ronnie Wilkins, que aportan «Son Of A Preacher Man», convertido en clásico por la voz milagrosa de Dusty.
«Dusty In Memphis» sitúa a su intérprete en el Olimpo de la música. Un disco descomunal. Puede que aún quede alguna de las mil copias de la reedición que Analogue Productions sacó en 2011. Si os topáis con alguna, haceos con ella sin dudarlo. A pesar del precio. Vale lo que cuesta y más.