Duke Ellington escribió la historia del jazz al frente de las mejores orquestas que uno pueda imaginar. Pero cuando los focos se apagaban disfrutaba de la intimidad de su piano. En ocasiones llegó a compartir esos momentos mágicos con su público.
«The Pianist» no es uno de sus discos más célebres, pero es uno de mis favoritos. Muestra a Duke al final de su larga carrera con su piano, un contrabajo y una batería. Siete de los diez temas se grabaron en Nueva York en 1968. Los tres restantes son de una sesión en Las Vegas de 1970, cuatro años antes de su muerte.
He escuchado el álbum en formato digital montones de veces. Hace unos días me tropecé con el vinilo en Fnac y fue como encontrar un tesoro. Acaba de ser reeditado por el sello Fantasy y es una maravilla. Como tener a Duke tocando el piano en el salón de casa.