«Una película sin música es un poco como un avión sin combustible», escribió Audrey Hepburn en la carta de felicitación que envió a Henry Mancini por su excelente trabajo en la banda sonora de «Breakfast At Tiffany’s».
Audrey tenía razón: el mito de «Desayuno con diamantes» -el título con el que se estrenó en España- está íntimamente asociado a la música que el maestro Mancini escribió para el filme de Blake Edwards. Y especialmente a «Moon River», uno de los mayores himnos de la historia del cine.

